El término semántica se refiere al estudio de diversos aspectos del significado, sentido o interpretación de signos lingüísticos como símbolos, palabras, expresiones o representaciones formales
La semántica enfrenta el signo lingüístico desde el interés por su parte inmaterial, esto es, su parte mental, convencional y abstracta: el significado. Esto significa que se interesa no sólo por la manera en que se forman los significados de las palabras a partir de sus componentes (sus raíces y agregados), sino también del modo en que los significados cambian a lo largo del tiempo y devienen otros, cambiando junto con la cultura que emplea la lengua.
Además, la semántica se ocupa de los accidentes del significado, como la sinonimia, la antonimia, la polisemia y las familias léxico-semánticas, siempre y cuando el estudio no abandone el lugar de lo eminentemente verbal, ya que de las áreas no verbales de la comunicación se ocupan otras disciplinas, como la pragmática. La unidad mínima de la semántica son los semas: las porciones más pequeñas de la palabra dotadas de significado propio verificable. Una misma palabra, así, contiene distintos semas que la emparentan con otras.
Denotación. El significado “estándar” de las palabras, el que registran los diccionarios y constituye su sentido “oficial”, más evidente, más referencial.
Connotación. Aquellos sentidos secundarios que se atribuyen a un término y que no tienen que ver directamente con el referente enunciado, sino con ciertas características atribuidas a él por determinada cultura.
Un ejemplo de esto último lo constituye la palabra “arpía”, cuyo significado denotativo es el de unos animales mitológicos de la antigua Grecia, que atraían con su canto a los marineros y luego de hacerlos naufragar contra las rocas, procedían a devorarlos.
El significado denotativo de “arpía”, en cambio, se transmite por asociación imaginaria a las mujeres que se consideran malvadas, crueles, insoportables o traicioneras.